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Miguel Rodero | La llegada del mes de agosto en Candelario, y un exponencial aumento de población, tristemente siempre trae aparejada la ejecución de diferentes actos vandálicos en las calles del municipio que este año generan más «escándalo» ante la situación sanitaria actual.
Si en el año 2018 destacaban los daños al tejado del lavadero del río, y en el 2019 se recuerdan los múltiples daños a vehículos, el desalojo de una casa como consecuencia de la quema de una cortina de acceso a un domicilio o la rotura de sillas de establecimientos de hostelería, el año 2020 sigue esta lamentable tendencia.
Así la Guardia Civil está recibiendo un gran número de llamadas provenientes del municipio como consecuencia de diferentes actos como botellones tumultuosos, rotura de cristales o molestias diversas durante la madrugada.
Los restos de suciedad en el Parque Municipal, la zona del río o El Calvario son evidentes cada mañana, y las normas sanitarias parece acabar con la puesta del sol para algunas personas, mientras las restricciones se endurecen para los negocios, principalmente la hostelería.