Una opinión de Miguel Rodero

El confinamiento como consecuencia de la pandemia del coronavirus ha puesto en valor muchos «pequeños lujos» y nos ha obligado a cambiar nuestros hábitos. A la mente nos vendrán muchas cosas negativas, pero hoy veo más importante destacar lo positivo, y entre ello me quedo con el sentimiento de pertenencia y de colaboración que se ha traducido desde nuestro comercio local.

Las limitaciones de movilidad, de acceso a determinados productos o el miedo a las colas en grandes superficies, han modificado nuestros hábitos también en los que respecta a compras y alimentación, aportando todo lo básico por nuestras tiendas locales que han estado dando la cara en plena crisis sanitaria arriesgando su salud y la de sus familias para que no nos faltara de nada.

Ahora es el momento del compromiso de todos para privilegiar este comercio local premiando sus esfuerzos.

Y llegados a este punto no debemos olvidar que la economía local es imprescindible, porque genera empleo en la zona, ofrece alternativas de consumo, distribuye la riqueza entre más actores y contribuye a formar comunidades más fuertes y resilientes, por ello la mejor forma de ayudar a revitalizar el tejido económico y social de nuestro entorno es consumir en nuestro pueblo para disfrutar de él y ayudar a tus vecinos/as.

Nos desprecies el esfuerzo económico de las tiendas de alimentación, tómate una caña en los bares que poco a poco abren sus puertas, dale salida a tus reuniones familiares o de amigos en restaurantes de calidad de nuestro pueblo -todos-, promociona Candelario desde las redes sociales y en tus círculos laborales y de amigos, contrata para tus reformas a los autónomos locales, arregla el coche en el único taller mecánico que tenemos… tenemos inmobiliarias, renombradas empresas de embutidos, peluquería, magnificas tiendas de recuerdos ideales para nuestros próximos regalos, alojamientos para todos los gustos (hoteles, casas rurales…) y tenemos que estar orgullosos de su iniciativa y esfuerzo. 

El mensaje es claro, es el momento de apoyar los negocios de Km cero y el comercio de proximidad, sectores que están sufriendo mucho durante esta crisis, pero que si ellos remontan moverán la cadena y empujarán para que todos remontemos.

Sin bares, comercios, autónomos… Candelario no tendría vida.