Una opinión de Miguel Rodero
Sorprende la ausencia total de ayudas por parte del consistorio Candelariense en una crisis sanitaria y económica que está arrasando a los autónomos y pequeños empresarios de Candelario.
Los datos no mienten, al finalizar el mes de marzo se han perdido un 9% de los afiliados a la Seguridad Social en nuestro pueblo, y al llegar al final de abril el desempleo ha subido más de un 12%. Todo ello sin olvidar que estos son datos atenuados, ya que el grueso del daño se reflejará al acabar este mes de mayo.
Ni la evidencia de los datos, ni la insistencia de Izquierda Unida, ni las peticiones especificas de autónomos y pymes de Candelario desatascan a un Equipo de Gobierno enrocado en la inoperancia que tan solo hacen «postureo» en redes sociales y llamadas a los afectados que nunca culminan en ninguna ayuda real.
El Equipo de Gobierno, con 600.000 euros de superavit en las arcas municipales, se muestra estructuralmente insolidario con el pueblo, sus ganaderos, hosteleros o comerciantes, una estrategia política basada en dos objetivos:
Primero: No gastar el remanente de dinero municipal para poder ejecutar los proyectos que el PSOE tiene en mente para Candelario. Olvidando por completo la urgencia de la situación.
Segundo: Aún queda mucho para las siguientes elecciones y la memoria es frágil. Estadísticamente los votantes solo se acuerdan de la gestión del último año, donde llegarán el grueso de inversiones.
La dura realidad es que nuestro pueblo observa, desde la soledad del abandono institucional, a las empresas crujiendo, cerrando o esperando para saber si será viable económicamente su reapertura.