diariodeibiza.es | Cuatro años han bastado para cerrar el ciclo y constatar que la producción de energía a partir de la biomasa extraída en tareas de limpieza de los bosques es «rentable y sostenible» en Ibiza.
«Nadie nos creía o nos decían que nos equivocábamos y nos íbamos a arruinar», aseguran Jacinto Valderrama, ingeniero técnico forestal y agrónomo, y Raúl Juan, ingeniero técnico industrial. Hace cinco años fundaron una empresa de ingeniería medioambiental (Ingenia Ambient & Natura) que, tras probar lo que inicialmente era «un proyecto piloto», se dedica casi ya en exclusiva a la biomasa. «Ahora no perdemos dinero, pero con una caldera más [a la que suministrar astillas], ganaríamos», explican.
Estos dos jóvenes emprendedores aplican a pequeña escala un modelo que hace cuatro años ya propusieron impulsar en toda la isla a través de un plan de gestión forestal insular. La fórmula es muy simple: cierran acuerdos con propietarios de fincas boscosas para eliminar «a coste cero» para el titular la maleza y los pinos que están dominados, enfermos, bifurcados o deformados. Se trata de los árboles que «no van a llegar a nada».
«Es una actuación de mejora de la calidad de la masa, y la mejor manera de prevenir incendios forestales de forma sostenible y generando puestos de trabajo locales», explican Valderrama y Juan. Aparte del trabajo indirecto que genera el traslado de la madera al centro de producción de la biomasa, la empresa cuenta con dos trabajadores en nómina y tres autónomos. La maquinaria se ha financiado con una subvención europea.
A cambio del trabajo de «saneamiento» de la zona forestal, el propietario cede a la empresa de Valderrama y Juan la madera extraída, que se convierte en astilla y se comercializa para el abastecimiento de calderas. «La facturación es superior a los gastos», apunta Juan, como prueba de que el modelo es sostenible, y no sólo económicamente sino también ambientalmente.
En este sentido, la limpieza de los bosques se lleva a cabo a través de planes de gestión forestal para cada finca que deben ser aprobados por la conselleria balear de Medio Ambiente y supervisados por sus técnicos.