Castilla y León es un territorio extraordinariamente forestal, como demuestra el hecho de que más del 51 % de su territorio tenga la condición jurídica de monte.
La superficie forestal total de España se estima en 27.738.005 ha, de las que 18.392.441 ha son arboladas.
Castilla y Leon alberga casi cinco millones de hectáreas forestales, el 17 % de la superficie forestal nacional y el 16 % de la arbolada. Esta superficie arbolada se estima en 2.986.298 hectáreas y ha aumentado notablemente desde que se hiciera el Primer Inventario Forestal Nacional, en 1970, cuando no llegaba a 1,9 millones de hectáreas.
Las provincias con mayor extensión arbolada son León, Salamanca, Burgos y Soria. Cada una de ellas supera las 400.000 ha arboladas.
De esta superficie arbolada, unas 840.000 ha son pinares más o menos puros y 1.608.000 ha bosques de Quercus -robledales, rebollares, encinares, quejigares y alcornocales-, que son los tipos de bosque más representados. No obstante, por su extensión, singularidad o calidad en el conjunto ibérico, destacan también otros como los sabinares y enebrales -87.000 ha-, hayedos -63.500 ha-, castañares -27.500 ha- o masas mixtas de coníferas y frondosas -cerca de 200.000 ha-. Las especies más extensamente representadas son encinas y rebollos, con más de medio millón de hectáreas cada una.
Las estimaciones del Tercer Inventario Forestal Nacional hablaban de unos 3.200 millones de árboles en Castilla y León, de los que se consideran ‘grandes’ -descartando masas muy jóvenes o en regeneración- 1.211 millones. Esto supone aproximadamente 1.280 árboles o 1,9 ha de monte por habitante de Castilla y León, un parámetro tres veces superior a la media nacional y casi cinco veces más que la europea.